lunes, 19 de enero de 2009
Sé pocas cosas pero todas tienen que ver con amar y ser amado, con respetarse y aceptarse. Ninguna de ellas tiene que ver con someterse sino con aprender y tolerar. ¿Será que amar no se trata de fundirse y perderse en el otro? ¿Será que se trata de dos individuos que crecen juntos?. Aceptar al otro es tenerle fé, respetar sus tiempos, sus espacios, entender sus silencios y esperar sus señales. Para aceptar primero hay que conocer lo que se ve del otro y lo que no se ve, y así puedo decir te conozco. Y porque te conozco te elijo, y porque te elijo te acepto, y porque me aceptás soy feliz. También acepto la sorpresa, porque siendo dos, al volver a casa ya no encontraré todo como lo deje, habrá otro con su mundo, un mundo que engrandece el mío. Hay que saber cual es el deber y el haber. Aceptar al otro es aceptar lo mejor de nosotros mismos porque quien nos elije nos devuelve puro amor, amor por amor, y a semejante amor por supuesto le digo: Si, acepto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario